jueves, 30 de septiembre de 2010

Protección a los glaciares



El  Senado de la Nación aprobó esta madrugada la ley “Filmus –Bonasso” con 35 votos a favor, 33 en contra y una abstención. 

Tras un largo debate en torno al proyecto, a las 4:30 de hoy, la Cámara Alta le dio el visto bueno a la iniciativa. Grupos ambientalistas mostraron su gran satisfacción al ver un punto final en la discusión que amenazaba la aprobación de la ley. No sólo estaban en el medio los intereses económicos de empresas extranjeras y los miedos con respecto al freno de la actividad minera de varios legisladores, sino también el veto, que en el 2008, realizó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner a una ley similar.
La Fundación Vida Silvestre, en su página oficial, celebró la aprobación del proyecto, que considera fundamental para asegurar la provisión de agua dulce, la cual sólo representa a nivel mundial el tres por ciento del total. Los glaciares son, precisamente, grandes reservorios de la misma.
A su vez, Greenpeace, gran promovedor del proyecto, se vio complacido al ser la ley modificada en diputados la aprobada y no la iniciativa original de senadores del año 2009. Es precisamente la convertida en ley, la que delimita mejor las áreas en las que no se podrá llevar a delante la actividad minera y la que permitirá la creación de un inventario de las zonas a proteger y  su situación.
La actividad minera pone en peligro a las masas de hielo ubicadas en la Cordillera de Los Andes, arriesga su valor como proveedoras de agua para consumo humano, emprendimientos energéticos y actividades primario-productivas. 

Algunos de los Gobiernos de las provincias mineras ya cuentan con leyes más flexibles que la nacional y otros buscarán aprobarlas. Alegan que al ser nuestro país federal, cada provincia tiene derechos sobre sus recursos. En consecuencia, es posible que intenten apelar la legislación recientemente aprobada ante la Corte Suprema.
Lo que hay que tener en cuenta es que la ley de protección de los glaciares no prohíbe la actividad minera en general, sino que delimita un territorio en el que no podrá realizarse la misma y un presupuesto mínimo necesario para mantenerlo.


Punto de vista

Parece difícil entender por qué a la hora de decidir sobre cuestiones que comprometen al futuro, no sólo de la Argentina, sino del mundo, es imposible ponerse rápidamente de acuerdo. 
No se trata, en el caso de la ley de glaciares, de colocarse en contra del federalismo ni de cortarle recursos a las provincias, sino de asegurarle a las próximas generaciones, nuestros hijos y nietos específicamente, el acceso al agua.
Pero sería ingenuo adjudicarle esta falta de decisión, y por qué no de iniciativa, solamente a nuestros gobernantes, cuando hace menos de diez meses los dirigentes mundiales debían decidir sobre las medidas a tomar para frenar el cambio ambiental en Copenhague , y lo único que ocurrió fue, como si fuéramos niños pequeños peleando, desplazar obligaciones y responsabilidades a otros.
En el 2008 se aprobó una ley similar a la actual, sin que las discusiones hayan llegado a una magnitud similar a la de estos días. Antes, la presidenta vetó el proyecto y ahora, son algunos de nuestros representantes de las cámaras, los encargados de llevar al ejecutivo nuestros reclamos, los que se oponen.
Creo que es hora de tomar conciencia de qué es lo que está en juego y de ver, en esta ley, el inicio de una nueva lucha en pos de arreglar  al mundo del mal que le causamos.

 Tatiana Aranda

1 comentario:

  1. Felicitaciones por el blog, y por la nota. Aprecio sobre todo lo que sigue después del subtítulo "Punto de vista". Ya linkeé esta dirección al espacio virtual que tenemos en Taller I, ojalá sirva para su difusión.

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